Amanece en África, el Sol sale trágico,
lo ves por una cámara de algún medio mediático
que graba la pobreza y la muestra en televisión,
tú cierra los ojos al comer en el salón.
Niños en los huesos, el hambre, su batalla,
algunos cojeando por culpa de la metralla,
madres arrodilladas que esperan un milagro,
la Iglesia no responde, Dios nunca ha sido negro.
Hablo de lo que pasa, lo que veo y llora el folio,
sólo miramos abajo cuando vamos por petroleo.
Buscan una vida, un futuro y una escuela,
policías con porras a la espera en la frontera.
Está así montado y tú no lo vas a cambiar.
¿Quieres limpiar tu conciencia? Puedes apadrinar.
Nos llenan de mentiras, de mierdas y tonterías,
a ver quién coño come con tan solo un euro al día.
Buscan vida en otros mundos cuando aquí tenemos tres,
la imagen está clara pero no lo quieren ver.
Y al final de todo, ¿moraleja de la fábula?
No tienen bastante, que sufran también el ébola.
Rees - África
Siglo XXI, niños soldados y SIDA,
sequía en el continente y ni hablemos de la comida,
y a Estados Unidos les sobran bastantes kilos,
aunque los preside un negro, así que no serán tan malos.
Y está claro, en el pasado les negaron libertad,
miedo a las diferencias, siempre pasa lo mismo,
quitan la esclavitud porque eso es inmoral
y cada día que pasa sigue creciendo el racismo.
Lo he visto, he sentido su pena,
la misma condena pero sin llevar cadenas,
el futuro pinta mal, nunca va nada mejor,
hoy minas en el suelo, ayer cogiendo el algodón.
Son seres humanos, no dejan de ser personas,
quieren como tú y cuando les duele lloran,
son como vosotros, sólo los tienes que ver,
aunque con mala suerte a la hora de nacer.
Yo digo no al racismo, digo fuera fronteras,
pobreza el terrorismo que levanta la barrera.
Sálvese el que pueda, no el que el Gobierno quiera,
que se metan por el culo su patria con su bandera.
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